¿Autónomo o empresa? Cómo decidir la mejor fórmula para crear un negocio.

Aspectos como la limitación de la responsabilidad, la necesidad de asociarse con otros profesionales o la cautela ante un nuevo proyecto influyen en la elección de una figura jurídica u otra.

Cuando un profesional decide montar un negocio tiene la opción de darse de alta como autónomo o de constituir una microempresa, es decir, una sociedad mercantil, a través de la cual llevará a cabo su actividad. Pero, ¿qué opción es la más acertada? Los expertos coinciden en que para responder a esta pregunta conviene atender a criterios personales, económicos y comerciales, así como contar con asesoramiento profesional.

Una de las grandes diferencias que existen entre la figura de un autónomo y una microempresa es la responsabilidad ante las deudas. El trabajador por cuenta propia es un empresario individual, una persona física y, en su caso, la responsabilidad es ilimitada. Esto significa que responderá con su patrimonio personal. Por ejemplo, su casa, su coche o un local en propiedad. La empresa, en cambio, habitualmente se constituye como sociedad limitada (SL), por lo que se responde siempre con el capital social y los bienes de la compañía, de forma que la responsabilidad económica no alcanza el patrimonio del propietario. Si estás interesado seguir leyendo.

 

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